Goyo Rodríguez nació en el Valle del Jerte, en 1950. Con siete años se traslada a Madrid, donde reside desde entonces. Sin cumplir catorce años, abandona el colegio para trabajar y así contribuir a la economía familiar: más de veinticinco años en artes gráficas, algunos empleos precarios y otros veinte años como educador componen su historia laboral. Desde su infancia, fue ávido lector, en su adolescencia y juventud escribía poemas y relatos cortos. Con algunos participó en concursos literarios, de los que solo obtuvo respuestas protocolarias en las que le daban las gracias y lo animaban a seguir escribiendo. También participó en proyectos culturales, cuyo logro más destacable fue la creación de un grupo de teatro, todos los proyectos eran realizados por ellos mismos en su integridad, incluida la elaboración de textos. A la edad de treinta años, asume obligaciones familiares y logra un sueño: acceder a la universidad, donde cursa estudios de Magisterio y Derecho. Pero todo ello a costa de sacrificar su otra pasión: la literatura. Durante los próximos veinte años, leerá poco y escribirá menos, apenas algún esbozo de alguna idea pescada al vuelo que guardará, por si acaso. Cuando se ve libre de cargas familiares y laborales, intenta retomarla de nuevo. Primero leyendo mucho, luego retomando algunos proyectos que no supo continuar. Por eso intentó algo nuevo, se empeñó en ello y consiguió escribir Historia muy enmarañada, de una gallina, presuntamente asesinada, de la que su principal satisfacción procede, sobre todo, de haber sido capaz de terminar algo de todo lo que había empezado con anterioridad.