Me fijé en ella por primera vez cuando, con sus calentadores rojos, paseaba jovialmente sus diecisiete
primaveras.
Había nacido un 12 de abril, años atrás, mientras mi imaginación, y la de gran parte de España, estaba
adormecida.
El 20 de enero de este mismo año, 1984, escribí para ella un poema que transcribo al final de esta novela, y cuyos dos primeros versos son los siguientes:
No te amargues la vida, mujer:
En el mundo hay hombres buenos,
honrados, dulces y tiernos.
Uno, al menos, pronuncia tu nombre: Raquel.
Sigue adelante, con firmeza.
Pero ten la delicadeza,
de no huir deprisa,
de quien en su mano trae una sonrisa.
Nacido en Ribaforada, Navarra, el 27 de agosto de 1957. Jubilado.
Experiencia laboral
– Peón de la construcción
– Peón de agricultura
– Camarero
– Peluquero
– Bibliotecario
– Profesor de Física, Química
y Matemáticas
– Vendedor de libros
– Empleado de banca
– Profesor de Riesgos e Inversiones
– Bloguero de viajes
Formación académica
– Licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Zaragoza)
– Estudios de Ciencias Económicas (2.º curso, sin terminar, UNED)
– Postgrado en Comercio Exterior y Marketing Internacional (Universidad Politécnica de Madrid, CEPADE)
– C.A.D.E. (Universidad
Deusto)
– Piloto privado aviación (Aeroclub de Navarra)