Jaime Araúz nació en Hospitalet, en 1957, aunque oficialmente diga Barcelona —la maternidad estaba en el lado barcelonés de la Riera Blanca—.
Hijo de aquella generación del desarrollismo y del famoso ascensor social que todos los padres querían coger para sus hijos. Jaime no iba a ser menos, así que acabó siendo licenciado en filología inglesa, en aquellos tiempos una carrera con un gran futuro por delante, pues el estudio del francés iba a menos y todo el mundo educativo iba a caza y captura de profesores de inglés. No sería el caso de Jaime que, por circunstancias, acabó siendo el pequeño librero del barrio. Ahí fue donde lo conocí. en su pequeño rincón de los libros, hablando de las novedades, recomendando y escuchando lo que le recomendaban los demás, así fuera Tolkien, Umberto Eco, Muñoz Molina, Mateo Díez o Cortázar. Gracias Julia, gracias Chema, gracias a todos. Ahora, liberado de fatigosas obligaciones, ha volcado su interés en cubrir sus lagunas, por eso no sería extraño que os lo encontrarais buceando entre montañas de papeles.
No para quieto ni un momento. Creo que esas movidas son las que le dan vida ¡Pues que siga por mucho tiempo!