José Andreo nació en Lorca, en sus Tierras Altas, concretamente en Zarzadilla, lugar del que nunca se ha desconectado, a pesar de haber residido en la ciudad durante medio siglo.
Su afición a la literatura nació en la infancia, envuelto en la poesía, los relatos y los cuentos de tradición oral, influenciado por su entorno familiar. Sin embargo, lejos de su verdadera pasión, dedicó casi cuatro décadas al departamento financiero del concesionario oficial de una multinacional.
Su incursión en la narrativa fue tardía, ya tras su prejubilación. Su pasión por la historia y las tradiciones lo llevó a la investigación histórica, base de sus cuatro obras anteriores, y pilar de la veracidad de sus creaciones. Cultiva distintos palos literarios: el costumbrismo, la historia, el relato, el cuento, la novela y, como colofón hasta ahora, su asignatura pendiente: el actual poemario.
Admirador y lector de los clásicos —desde los antiguos griegos y romanos, pasando por el Renacimiento, hasta muchos contemporáneos—, el conocimiento de tan variadas épocas y tendencias ha sido el motor e inspiración de toda su obra. Todo ello se convierte en una necesidad de comunicar, de expresarse, de sacar a la luz sus humildes conocimientos y, sobre todo, sus sentimientos.
No cree necesario extenderse demasiado en su presentación. Como concluyó en una de las solapas de sus obras: «Mejor leerle y… por sus obras lo reconoceréis».