Soy de la campiña cubana, crecí en una familia de espiritistas y curanderos, mi don es innato.
Realizo dos tipos de consultas:
Sobre salud: estudio de los posibles malestares y puntos débiles del soma.
Sobre videncia: amor, dinero, salud, encontrando la vía de cómo potenciar lo bueno y alejar la negatividad. Mi experiencia es de 43 años compartiendo mi don con quienes lo necesitan.
Como experto en salud, me apoyo en los siguientes métodos: iridología, kinesiología, par de imanes biomagnéticos, numerología y la intuición.
Como espiritualista, me sustento en técnicas espirituales propias: videncia, caracolas, conchas, tarot, baraja española y numerología. En mi formación, ha tenido un papel fundamental la tradición oral, por lo que es de justicia agradecer a todas esas personas que me trasmitieron desinteresadamente su sabiduría y conocimiento espiritual, muchas han muerto y a otras quizás no las vuelva a ver en esta vida.
Hace unos años, recibí la sugerencia, por parte de los guías espirituales, de escribir un libro basado en mis experiencias. Sin embargo, no podría comenzar esta obra sin hacer un inciso sobre el motor personal que me tiene ligado a estas prácticas desde tiempos muy remotos. Siendo apenas un chiquillo, y a veces en contra de mi voluntad, empecé a tener experiencias animistas y fui, de algún modo, guiado y entrenado para desarrollar este potencial. Nacido en un país como Cuba; en el que todavía hoy se sufren marcadas limitaciones económicas y sociales, he tenido el privilegio de beber de ese sincretismo cultural, mágico y religioso propio de allí. Desde los cuatro años, mis abuelas me llevaron al centro espiritual del pueblo, puedo afirmar que soy espiritista de nacimiento. Este libro es fruto de una vida dedicada con respeto, misticismo y religiosidad a la práctica e investigación del espiritualismo: espiritista, sanador, yerbero, mago blanco; la adivinación mediante numerología, tarot, caracolas, conchas, numerología… Convocados con la etnobotánica, la fitoterapia y otras terapias naturalistas… Escribir la presente ha supuesto un gran placer, pero también un esfuerzo ingente, pues no soy escritor. Pido disculpas por los errores ortográficos, gramaticales, de forma y literarios que encuentren.