Aunque siempre se sintió atraído por los temas de sanación y la biología, José se involucró en el mundo de las terapias alternativas ya en su madurez.
Andaluz de nacimiento —granadino— y catalán de adopción, se formó en reflexología, quiromasaje y reiki, disciplina en la que alcanzó el grado de maestría. Además, se especializó en otras terapias energéticas como la técnica metamórfica, la lectura del rostro y de los pies, y el lenguaje no verbal.
Su recorrido profesional comenzó hace 25 años, siempre guiado por una profunda vocación: ayudar a las personas en sus procesos de sanación. Lo hizo desde el más absoluto respeto hacia quienes acudían a su consulta, abordándolos con una visión holística. Para José, la persona que se recostaba en la camilla no era solo un cuerpo físico, sino un ser completo: cuerpo, mente, alma, espíritu, emociones, historia, entorno… Todo eso —y más— constituye a un ser humano único y divino.
Como él mismo suele decir: «Todos estamos hechos de la misma pasta, aunque con diferente molde».
Con esta mirada integradora, recibía a quienes llegaban a él —casi siempre recomendados por algún amigo o familiar— con la frase: «Ve a ver a José, que te irá bien». Y cuando alguien preguntaba: «¿Pero ese hombre qué es? ¿Psicólogo, masajista, reflexólogo?», la respuesta solía ser: «No lo sé… es José», como dando a entender que su forma de ayudar era única.