Eran las diez y diez de la noche del 10 de febrero de 1958. Un niño nacía en la localidad de Loja, provincia de Granada. Sus padres, Josefa y Manuel.
«Habéis tenido un hijo sano y fuerte, salud para criarlo y buena suerte», les dijo doña Paquita, la matrona.
Feliz la infancia, complicada la adolescencia, la juventud intensa, conformaron un hombre honrado con muchas ganas de vivir.
Fue un despistado estudiante, un mecánico de automóviles, un profesor de Ciclos Formativos y ahora un pensionista agarrado a la vida, que se lo ha dado todo.
Disfruta con la naturaleza, el campo y la caza, con su familia y sus amigos.
Goza leyendo a maestros como Delibes, Cervantes, Machado, Bécquer o Hernández.
Su existencia sencilla, apasionado el camino; al terminar, podrá decir: ¡he vivido!
Cuando llegue el final, la conciencia tranquila y en paz con el mundo, quiere que lo recuerden y digan: ¡era buena gente!