Ya entrado en la cincuentena, Juan Manuel Moreno Durán es un aventurero en los mares de la vida, un espíritu emprendedor nato, acróbata especializado en la siempre difícil exploración desde las zonas de confort a las intrigantes zonas de aprendizaje. De niñez creativa y vinculada a la naturaleza, reza en su currículum que ejerció muchos oficios, entre ellos, regentó herboristerías, ejerció como terapeuta naturista, quiromasajista o reflexólogo, aunque su actuar esencial lo encontró en el campo de la psicología, «un psicólogo silvestre» como él mismo se califica, psicoterapeuta, motivador y formador en grupos de crecimiento personal, conferenciante y divulgador.
Con esta, su primera novela y parte de una saga, dice haber disfrutado en el proceso de elaboración, especialmente evocando o visitando los escenarios naturales en los que se desarrolla la acción. Cubriendo con ella una de sus aficiones innatas: contar y recrear historias reales que conmuevan. Sus grandes libros han sido los episodios de la vida de personas reales, maestros multidisciplinares que, con sus testimonios y moralejas, enriquecen su propia visión vitalista y trascendente de la existencia. Todo está en los ojos que ven, en la curiosidad por vivir y aprender en los avatares del día a día, ahí está la inspiración de este libro y los sucesivos.
Se recuerda, desde niño, escribiendo poemas, dibujando corazones en cortezas de árboles y muros dedicados a princesas y damiselas, prodigándose en el género epistolar amoroso, en el que incluso trabajó por encargo para sus amigos enamorados. Naturales y vocacionales pulsiones que lo motivaron siempre a seguir explorando otros géneros más allá de la poesía, como relatos cortos, crónicas de viajes o artículos relacionados con su profesión. Publicar esta novela representa para el autor la culminación y principio de un anhelo, más allá de la escritura, como herramienta terapéutica que él mismo recomienda en su actuar profesional, algo que se debía a sí mismo…, una cuenta pendiente que cubrir en el camino de la autorrealización. «Todo aquello que emprendí fue previamente visualizado e intuido» es la frase que sucinta la filosofía de vida de Juan Manuel Moreno Durán, que, aplicada a su nueva aventura, la de escribir y ser leído, lo impulsa a hacer visible todo aquello escrito en sus cuadernos de campo y en su memoria, más lo que aún queda por escribir y poder ser compartido con los lectores.