Juan Bautista Sánchez-Malo Falcó (Valencia 1969). Desde muy joven ha sido un ávido lector de historia, sobre de la militar, y ha estado interesado por la geoestrategia y por todo lo relacionado con la milicia, además de por perderse en la naturaleza, mochila a la espalda, mapa y brújula en las manos, el suelo como cama, las estrellas como techo… Después de realizar el servicio militar obligatorio (1989-1990), al no haber sabido encauzar debidamente su innegable vocación, se incorporó al mundo laboral civil, hasta que la aparición de la nueva figura de militar de empleo de tropa profesional le dio una nueva posibilidad, con la fortuna de poder incorporarse a la Legión, quizás, como narra Carlo Micó España en Los caballeros de La Legión:
—Y ahora te voy a hacer una pregunta que no me he decidido aún a hacerle a ningún legionario: ¿Por qué te enganchas en La Legión?
—Pues no sé: por hastío, por inadaptación al medio, por mi afición al campo y por encauzar mis instintos de combatividad.
Será destinado a la X Bandera Millán Astray, del Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión, donde serviría en su 2ª Compañía entre 1993 y 1995, como legionario y legionario de 1ª, teniendo que dejar el curso de cabo para una desafortunada operación de rodilla que finalmente le llevaría a licenciarse. Este período resulto fundamental para él, y le llevó, en la medida de lo posible, a mantener el vínculo con su unidad. Igualmente fue la razón de que, casi treinta años después, realizase este trabajo.
Residente en Asturias desde hace años, sigue manteniendo aquellas aficiones que le llevaron a formar parte de la Legión; no puede evitar seguir, con sana envidia, los avatares de la que fue su compañía, con una brillantísima trayectoria, en su día a día, y en sus numerosos despliegues en misiones internacionales.