Desde muy temprana edad, ya jugaba con la realidad paralela de dos mundos. Esa visión adelantada al tiempo y sus predicciones futuras, la hicieron vivir bajo la mirada crítica de la sociedad del momento. Creció y aprendió de sanadores y videntes el conocimiento ancestral y milenario de los elementos. En armonía con la naturaleza, adquirió el convencimiento del perfecto equilibrio que mantiene el universo con la tierra: una filosofía de vida que la ha hecho entender el Tarot como una herramienta única para comprender el comportamiento del ser humano. La pasión de la autora por el mundo del Tarot y la magia, la ha llevado a profundizar en su estudio y a transmitir ese conocimiento y experiencia a través de la escritura y de la docencia, mediante la formación de cursos y talleres. “El tarot no es una ciencia para la videncia, pero ayuda a ese despertar”.