Mariana Valera García nace en la pedanía de la Yegua Baja, Oria (Almería), en 1950.
Su infancia y juventud transcurre entre las pedanías orialeñas de La Yegua y El Daimuz; es en esta última donde realiza sus estudios primarios, de la mano de su añorada y querida maestra doña Rosario Fernández Carricondo. Más tarde, continuó sus estudios en la localidad de Vélez Rubio, en el colegio de Las Damas Catequistas, fundado por Dolores Rodríguez Sopeña. No finalizó sus estudios superiores, ya que se dedicó al cuidado de su familia a muy temprana edad.
Se sintió atraída por los libros, influenciada por su familia y su pasión por la poesía; sintió gran admiración por los grandes poetas Federico García Lorca y Miguel Hernández.
Le gusta contar historias vividas y aprendidas a través de tradición oral en noches largas de invierno al calor de una lumbre.
Gran observadora y admiradora de los paisajes y la naturaleza en general, admiró la sierra, principalmente su Sierra de las Estancias, la cual inspiró e inspira muchas de sus poesías. Contempla el cielo estrellado y limpio, le encantan las aves volando, y es una mujer que ha sabido crear poesía limpia, recogida del campo, trillada en su corazón y almacenada en libretas reutilizadas de sus
hijos durante veintitrés años.