Después de una vida agitada y complicada, al cumplir los cuarenta años sintió una profunda necesidad de atender una intensa llamada interior que, desde tiempo atrás, le empujaba a cambiar radicalmente su forma conocida de afrontar el mundo y a adentrarse en lo desconocido. Confió en esa voz que le decía que se atreviera a quedarse él solo consigo mismo para ver que sucedía y… hasta ahora…
La única pretensión del autor en este libro es compartir respuestas y enseñanzas que no estuvieron a su alcance en su día, y que sin saber lo que andaba buscando, entiende ahora que lo había esperado siempre: conocer la paz interior y el final de cualquier tipo de sufrimiento eran el plan y propósito de la vida… La reconciliación consigo mismo y con ese propósito era la respuesta.
Reconoce que estaba tan hermético en su manera de pensar y tan cegado, que duda que hubiera sido eficaz si lo hubiera conocido antes de llegar a su límite de saturación. Por eso el tono del libro es el que entiende apropiado para hacerle entender este mensaje a su yo perdido y ofuscado de hace unos años, y recordárselo a su yo actual cuando se descentra.