Patxi Ardaiz nació marcado. Apareció en este mundo, en Pamplona, con las piernas pegadas, en forma de aspa y con los pies vueltos hacia el interior. Luchó con su familia hasta que se recuperó plenamente. Luego se enganchó al deporte. Tampoco tuvo una adolescencia normal, porque los salesianos se lo llevaron al seminario. Hizo méritos para que le prohibieran hablar de religión con sus compañeros de congregación. Se despidió. Hizo Filosofía en la Universidad de Valencia y Antropología en la Universidad de Elche. Se especializó en Informática y Lógica Matemática. Profesor y empresario informático, con la crisis, fundó un Banco Sin Dinero para ayudar a la gente y un movimiento social y político, el “NN”, que su médico le recetó que lo dejara. Tiene en el cajón, impaciente, una novela policíacoerótica con el cartel de FIN pegado. Entrará en máquinas una vez haya dado los primeros pasos, ésta, Calle Muelle.
Alguna vez habla en tercera persona del singular, como en esta ocasión, cuando no desea que algún amigo le inyecte azúcar en sangre.