Rocío, ávida desde niña por las historias sobre sus ancestros, ha guardado películas 8mm, filminas, fotografías antiguas, escritos familiares, e incluso relatos en voz de sus padres. Descendiente de emigrantes gallegos en México, y guiada por esa herencia de libertad, en 2009 salió de la ciudad capital para vivir con su hijo Julen en la Riviera Maya; descubriendo en ese paraíso una de sus grandes pasiones: la fotografía. Así, con imágenes, empezó a contar historias.
En 2016 emigró a las montañas de Colorado, en Estados Unidos, para construir una vida familiar con su esposo John. Tras la emotiva despedida de su madre, Marisa, en la que le prometió contar sus memorias, en 2019 emprendió la aventura de hilar aquellos relatos con una meticulosa disciplina, y apelando a su reflexiva creatividad, reconstruyó las vidas de sus ancestros celtas, remontándose hasta el siglo II a. C.
Rocío piensa que «soñar es recorrer el camino de tus sueños, para después andarlos en tu realidad»; así, en el verano del 2022, con el deseo de acercarse a la tierra de sus raíces, se trasladó con su familia a Galicia. Y, valiéndose de la tinta como su forma de procesar la vida, valores, y enseñanzas, de forma serena y mágica, crea historias que evocan imágenes al ahondar en ese profundo amor a los suyos, desvelando las leyendas en su primera novela: El Bosque de los Igmas. Memorias de mis ancestros.