«La vida a veces deja de ser un río para convertirse en un torrente desbordado que nos arrastra, indefensos.
En este diario —a veces vómito, a veces poesía—, María/Valentina, usando las palabras como si fueran piedras, consigue remansar ese caudal y convertirlo en espejo. La autora se contempla desdoblada en los infinitos opuestos que recorren la médula de Caótica: luz/oscuridad, pregunta/respuesta, herida/sanación, soledad/compañía, locura/cordura, realidad/deseo, plenitud/vacío, amor/desamor… hasta llegar a plantearse la antítesis fundamental, la que enfrenta el miedo que nos agarrota con la confianza, en el otro, pero sobre todo en uno mismo, que nos permite sobrevivir.»
(Elisa de Armas)