En estos relatos, los policías, en general, no suelen salir demasiado airosos, son los detectives ajenos al cuerpo policial quienes resuelven los casos que aquellos son incapaces de solucionar.
Sin embargo, la realidad es la que es. […]
Dicho esto, en la sociedad de hoy de las prisas y de la inmediatez, cada vez más dependiente de tecnologías que nos facilitan la vida, y también nos la condicionan, tener un rato para poder disfrutar de un libro como el que tiene en sus manos, de relatos cortos ambientados en nuestra ciudad, en la que afortunadamente «no pasa nada», bueno, o para ser realistas «pasa poco» (lo siento por el negocio de Elicio Iborra), es un placer que debemos agradecer al impagable esfuerzo de la Asociación de Novelistas la Sombra del Ciprés, sobre todo si lo hacemos saboreando unas buenas
rosquillas de sor Clarisa.
José Luis Tejedor González (extractos del prólogo).