El amor existe.
Lo descubrí y lo hice latente en beso y versos.
Lo ensalzo. Lo bailo. Lo río y lo lloro. Me frustra. Lo amo y lo añoro.
No lo entiendo y lo escribo. Y entonces, más me enamoro.
He aquí, el amor, o lo que para mí lo es.
Y el descubrimiento en escritos del sentimiento en las primeras veces.
Y porque existe y lo conozco, de forma más o menos velada, lo muestro.
Aparte, me confieso.
«Y lo bailé para siempre en todos los escritos frenados, con los ojos cerrados y el corazón acelerado»