Dijo Rick Yancey que la locura es la nueva normalidad social. En un mundo donde el mayor animal social, nosotros y nosotras mismos/as hemos llegado a configurarnos como el peor de los peligros para la supervivencia de la especie… ¿Quién es el loco?, ¿Quién el cuerdo? No es nada baladí que una experiencia traumática del espectro bipolar se nos exponga de la forma más cruda y desnuda para que tomemos buena nota. Raúl González nos narra con total franqueza el proceso por el que pasó de la más rotunda euforia a la caída al averno de la depresión total. Los capítulos iniciales se centran en la primera parte del evento: la depresión mayor, una época de oscuridad, apatía e ideas suicidas. En segundo lugar, el ataque de manía por el cual todo estalla y se pasa de la euforia total y la negación de los síntomas y de la enfermedad a la más absoluta inconsciencia. Gracias a sus familiares y a la supervisión del médico de familia es ingresado en un hospital, donde el proceso de incredulidad, la duda general, la resistencia ante la evidencia y la negación sistémica da lugar a la vuelta a la normalidad, lo que significa un rayo de esperanza y el inicio de la convivencia íntima entre la persona y su indefectible y permanente trastorno bipolar.
El texto en el que se sumerge el/la lector/a narra con crudeza, pero con fino humor, tanto el proceso como su recuperación, todo ello con un evidente carácter didáctico, el que Raúl atesora y reparte generosamente.