El Cactus y Hielo es un reto. Sabemos de sus espinas, sabemos de sus frutos, de sus flores. El hielo enfría y quema, conserva y se diluye. Sin sensibilidad este libro es… antisistema. Sin sensibilidad usted no querrá entenderlo. Pero si usted se deja arrastrar por su juego de reflexiones, o flotar con sus imágenes, sus composiciones, sus cuadros, entonces vivirá una experiencia apasionante con usted mism@. Una novela, un cuento, una comedia, tienen una trama que sirve de argumento entre autor/a y lector/a. Este Cactus va mucho más allá, tan lejos o tan cerca como usted elija. El autor ofrece su libertad para que tengamos la propia. Puede amarlo, o expresar un ‘uf’ que nos supera, o que despreciemos. Su aparente sencillez lo convierte en una obra enorme. Su capacidad vital, crítica, increíblemente salvaje y brutal, despiadada y llena de corazón y fuerza, son un torbellino inagotable de energías en contradicción entre la realidad y el deseo, la impotencia y la incompetencia. Sin complejos. Este Cactus y Hielo es, por expreso deseo del autor, perfecto en las imperfecciones. Cada composición de cada imagen, de cada texto, está trabajada con sensaciones que cada lector/a no podría ni imaginar, pero que podrá hacer suyas y recrearlas a su antojo, tener las propias. Es un trabajo formidable, y un resultado maravilloso, con el que el autor quiere arrastrarnos a nosotr@s mism@s. Es un libro hermoso de principio a fin. A veces duro, a veces risueño. Es una invitación a mirarlo una y otra vez. Cogerlo y pincharnos con sus espinas, quemarnos en su hielo, tirarlo con desprecio y volver a recogerlo con cariño. Queremos quererlo, pero nos pincha. Queremos amarlo, pero nos quema. Queremos que sea, pero otras realidades nos atan e impiden alcanzarlo. Nos invita, pero sabemos que nunca llegaremos. Absolutamente increíble.