Es invierno en Cádiar, trasunto muy personal de Málaga. La ciudad se prepara para la inminente llegada de la Navidad, a la espera de una lluvia que no termina de caer. Los personajes de este relato coral se encuentran y desencuentran en un escenario mínimo: una plaza, el puerto y un puñado de calles que conectan ambos espacios. La ciudad es, pues, la verdadera protagonista. También es una novela sobre la condición del artista en la que lo imaginario se va colando poco a poco entre las rendijas de la realidad. ¿Por qué un blues? Porque sus páginas, a través de una estructura repetitiva, destilan música y tristeza, vitalidad y melancolía a partes iguales. Y perplejidad ante el efecto corrosivo del tiempo sobre las personas y ante el fracaso del amor como tabla de salvación.