Así como al elefante lo engañan atándolo a un árbol desde que nace y no es consciente de su fuerza, también nos pasa a nosotros, ellos bien saben lo que hacen, el hombre no se esclaviza a sí mismo, su instinto es libre como los pájaros y demás aves del cielo.
Aunque también es cierto que los hijos de Dios se han embrutecido de tal forma que se confunden con los oscuros y están tan hibridados que poco se parece esta humanidad a la primigenia en la que se convivía con los dioses y éramos felices, o al menos en mucha mayor medida que ahora.
Aunque también es cierto que los hijos de Dios se han embrutecido de tal forma que se confunden con los oscuros y están tan hibridados que poco se parece esta humanidad a la primigenia en la que se convivía con los dioses y éramos felices, o al menos en mucha mayor medida que ahora.