Candela sigue tan soñadora como siempre. Una tarde de lluvia acude con sus amigos a una exposición de papiroflexia en el Museo de Ciencias. En cada sala, mil figuras por admirar. Pero la que llama su atención, y la de todos sus amigos, es una maqueta de un maravilloso castillo realizada en papel. Cuando el museo está a punto de cerrar, la niña se da cuenta de que no lleva la mochila, se ha quedado apoyada en el expositor donde estuvo admirando la maqueta del castillo. Vuelve a toda prisa a por ella antes de que el Museo cierre sus puertas, pero tropieza y descubre, horrorizada, que no puede evitar caer encima de la maqueta del castillo. Cierra los ojos para no contemplar el destrozo que está a punto de producir. Pero parece que tarda demasiado tiempo en caer…