Canicas de barro. Hoy parece que no nos podemos imaginar la vida sin utilizar móviles, sin ordenadores, sin redes sociales e incluso sin televisión. Los cuatro amigos de esta historia no tenían nada de eso; es un regreso al pasado, donde su lugar de juegos era la calle y cuyos juguetes eran cosas tan sencillas como unas pequeñas canicas que hacían ellos mismos. Esta historia cuenta cómo pasaban el verano cuatro amigos, jugando al fútbol, jugando en la plaza del pueblo, montando en bicicleta o ayudando a su familia en las labores del campo. Pero que, en un momento, todo cambia y tienen que decidir qué hacer. Sin tener en cuenta el riesgo que podían correr, solo piensan en ayudar a uno de sus amigos. La amistad, el compañerismo y la libertad son valores que ojalá no se pierdan y, aunque sea en historias como esta, podamos recordar.