Novela de suspense, aunque de corte intimista y psicológico con trasfondo histórico. La intriga narrativa comienza desde la primera página y va creciendo continuamente hasta el sorprendente final, en una continua sucesión de hechos que mantienen la tensión narrativa y la expectación del lector hasta el último momento.
La acción transcurre durante una semana del mes de agosto de 2013, en la que la protagonista, en casa de sus padres difuntos, va mirando viejas fotografías, cartas antiguas, noticias de prensa y una serie de documentos familiares, siguiendo la petición de su madre en su lecho de muerte, fallecida meses antes, para que buscara algo no definido pero de indudable interés para la protagonista por la insistencia materna.
La historia se va narrando a través de las antiguas fotografías y viejas cartas familiares, escritas en diferentes décadas del siglo XX y remitidas, algunas, desde París, en 1925, año en el que se celebraba en dicha ciudad la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas, ocasión que sirve de fondo para que personajes como el Zar Nicolás II y su familia, asesinados en Ekaterimburgo, en la madrugada del 17 de julio de 1918, durante la Revolución bolchevique; el Príncipe Félix Felixovich Yusúpov, además del arquitecto constructivista ruso Konstantin Melnikov, o el músico ruso Sergéi Prokófiev y su esposa, Lina Prokófiev, aparecen como personajes que se perfilan sobre el telón de fondo de la narración, en la que otros personajes de ficción se debaten para tratar de esclarecer la extraña desaparición de una ciudadana rusa y célebre galerista de arte en París, Olga Petrovna Suvórov.
Los importantes sucesos históricos como son la llegada al poder del nazismo en Alemania, la invasión de Polonia por los alemanes, en 1939, que fue el detonante del inicio de la II Guerra Mundial, así como la creación de los diversos campos de concentración y/o exterminio por parte de los nazis en busca de la llamada “solución final”, son elementos fundamentales de la narración que van imbricándose en la historia familiar de forma sucesiva y paulatina para formar el gran mosaico final que le da significación al enigma familiar a resolver por la protagonista.
Y como contrapunto sonoro a la narración, la magna obra de Wolfang Amadeus Mozart, la Misa de Réquiem en re menor, K. 626, va acompañando a las voces de sus protagonistas a lo largo de toda la obra con los textos latinos, del Réquiem, basados en el rito litúrgico católico de la misa de funeral, en un paralelismo asombroso entre lo que las voces van cantando y los seres que habitan la novela van contando de sus alegrías y tribulaciones. Bellísimo eco musical que habla de la finitud de la vida y la trascendencia del ser humano abocado a la muerte y suplicando la Misericordia Divina.
Cartas cruzadas es una novela en la que se funden el misterio, el suspense y la intriga de las historias de varios personajes de distintas épocas, narradas en forma coral y desde la propia subjetividad de cada uno, que ponen de manifiesto la fragilidad común de todo ser humano, siempre marcado por el paso del tiempo, el amor y el desamor, la felicidad y el dolor, la vida y la muerte.