Corría el verano de 1967 cuando mi vida cambió para siempre. Como cualquier adolescente, yo sufría por conquistar a la chica de mis sueños, fantaseaba con mis amigos con encontrar un tesoro escondido, trataba de esquivar a los matones del lugar y me sacaba un dinerillo extra trabajando en vacaciones.
Todo normal. Casi normal, en realidad. Porque, con el paisaje de fondo de una nación en plena revolución social, varias personas eran asesinadas en mi ciudad mientras yo, lleno de incertidumbres y miedos, me afanaba en descubrir el secreto que creía ocultaba mi patrón, un peculiar anticuario lleno de encanto y seductora personalidad que me enseñó a amar el cine con auténtica pasión.
«Un increíble viaje de descubrimiento
lleno de amistad, amor, misterio, crímenes…
y mucho cine.»