Sin duda, el ser humano, es el más criminal, traidor, miserable que pueda imaginarse. A diferencia de otros mamífereos, es capaz de matar a sus semejantes sin motivos ni razón que puedan justificarlo.
A lo largo de la historia, el fanatismo socialcomunista, al igual que el nacionalsocialista (por ese orden y a gran distancia aquél de este), ha acumulado el mayor número de injustas muertes causadas a personas inocentes. Podrían contarse por cientos de millones.
También un tirano capitalismo y algunos mal llamados monarcas han contribuido a engrosar la negra lista de crímenes imperdonables.
Pero, sin duda, no será aprendida la lección; se continuará una y mil vecez tropezando en la misma piedra.
Sirva como sencillo homenaje a cuantos injustamente perdieron su vida a manos de sus semejantes; al tiempo que de invitación a la meditación en aras de procurar evitar nuevas masacres siempre injustas.