Chinalización

Chinalización

Colección Novela

Un libro de Yoel Araña

Jun es el perfecto afiliado del Partido Comunista Chino (PCCh) y vive en el año 2040. Su país, obviamente, se ha convertido en la primera potencia mundial, pero China es también una abominable dictadura habitada por mil seiscientos millones de hijos únicos que han exportado su sistema de trabajo esclavista al resto del mundo. De ahí el título de la novela: Chinalización. Jun descubre accidentalmente que un viejo amigo pertenece a la resistencia: Los Hombres de Tiananmen; un grupo de patéticos idealistas que pretenden sin ninguna posibilidad derrocar al PCCh. A partir de ese momento se inicia una espiral de acontecimientos que trastorna la vida de Jun, quien replantea su vida aplicando el Principio General de Darth Vader: “Las cosas se ven más claras desde el lado oscuro”. Jun se pasa al otro lado y se ve envuelto en una trama de hackers, contraespionaje, amor, traiciones, asesinos y política ficción que le hacen viajar al pasado de una forma un tanto peculiar. Estas experiencias harán que Jun, sin perder su peculiar sentido de humor, cambie completamente su ideario. Nuestro protagonista se planteará cuales son las causas reales de la crisis que acabaron con la sociedad del bienestar, trasformando el mundo para peor. En este escenario deplorable otra vuelta de tuerca es posible: Jun descubre que por culpa de los inhumanos planes del PCCh, el fin de la raza humana tal y como la conocemos está próximo. Pondrá todo su empeño para evitarlo, pero el tiempo juega en su contra.

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Biografía:

«Hay un viejo dicho que dice: “Intenta torcer la voluntad de un hombre para que sirva tus intereses y te encontrarás un enemigo. Hazle creer que la idea ha sido suya y tendrás un aliado”. Así que intentaré aparecerme ante los ojos de Bush como la voz de su conciencia, la de La Santa Abstinencia, la de La Madre de todas las Botellas o el Tormento del Sediento, eso me da igual. Lo importante es hacerle creer, mientras se recupera de su desmayo, que ha tenido una súper epifanía.» «El hacker siempre escapa por la ventana a no ser que esté muy gordo. En ese caso, espera tranquilamente sentado sobre su silla de trabajo para mantener una conversación conciliadora con sus perseguidores. Muere de un tiro en la frente a los pocos segundos de iniciar la conversación —no había química con sus perseguidores—, pero no sin antes haber conseguido enviar la información al protagonista de la película, normalmente, un tipo delgado.»



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