La ciencia y la filosofía son una parte de la incansable búsqueda humana del conocimiento; búsqueda basada en el uso crítico de la razón y, en el caso de la ciencia, también en el contraste empírico con la realidad. Su mayor logro es conseguir un mapa lo más aproximado posible de la misma (cosmovisión) que nos permita explicar y transformar dicha realidad así como orientar posteriormente nuestra acción, con el objetivo de acercarnos a la vida buena que deseamos y buscamos.
Pero no todo es cognoscible por medio de la razón y el contraste empírico de sus productos. Hay complejidades que son racionalmente ininteligibles y que solo podemos intuir o sentir, motivo por el cual existen otras formas humanas de conocimiento, como son el arte o la religión. Son todas producto de la inteligencia humana; y la sabiduría nos debiera permitir utilizarlas, cada una en su ámbito, para tener una vida más plena y feliz, como reclama un nuevo humanismo bio-eco-centrado.
Como afirma José Arregui en el epílogo, «este es un libro clarividente y necesario para hoy», cuando más que nunca necesitamos una cultura renovada en la que se integren los logros de las ciencias y de las humanidades si queremos hacer frente a los grandes retos actuales que amenazan a los seres humanos y a la propia vida sobre la Tierra. Solo así podremos llegar a ser con propiedad Homo sapiens sapiens.