Carolina tiene casi quince años y la misión de cualquier adolescente de darle sentido al metro cuadrado que le corresponde en la vida; un mural invisible para cada uno y expuesto a ojos de la opinión del resto, que se construye con recortes de canciones, de momentos, de abrazos, de besos, de casualidades, de citas de libros o de decepciones. La verdadera elección, la base de cualquier collage está entre vivir sobreviviendo o sobrevivir viviendo.