Los niños están rodeados de información, libros, televisión, internet… y los adultos nos empeñamos en seleccionar y decidir qué es lo que tienen que aprender. ¿Por qué no dejamos que sean ellos los que elijan su propio aprendizaje? ¿Hacer o dejar hacer? En este libro me quedo con el “dejar hacer”. A través de unos personajes de ficción y de su creatividad, los niños decodifican, codifican, investigan, seleccionan y enseñan a estos personajes lo que ellos consideran importante de los temas propuestos, es decir, no habrá dos “Comunicatrónix” iguales, porque no hay dos niños iguales.
Se trata de que sean ellos los que enseñen y la verdad es que tienen una misión muy importante: enseñar todo lo que saben a Akará y a Gardy.
Esta puede ser una buena forma de conseguir un aprendizaje significativo, no es “yo te cuento, tú aprendes” sino “investiga y enséñame”. Los niños querrán aprender para enseñar ¡quizá funcione!
Es un libro vivo, un diario de viaje, una forma de expresarse.
De esta forma, cuando la misión finalice, ¡el Comunicatrónix será una verdadera obra de arte, única e irrepetible! Donde la única regla es dejarse llevar por la imaginación.
Y recuerda… ¡NUNCA DEJES DE INVESTIGAR!
Yolanda Gómez Sánchez.