A mis futuros lectores. Solo me gustaría deciros que este libro lo he construido de mis entrañas más profundas de la vida misma, de mi propia verdad vivida. A través de los años, las citas, situaciones y construcción, se ha escrito sobre mis recuerdos personales en mi Santiago de Chile querido. Lo difícil y triste es cómo me fui abriendo paso para tener una vida mejor y poder ser un ciudadano normal y corriente, pero, sobre todo, que me respeten.
Lamentablemente, he vivido situaciones incómodas, tristes y también he disfrutado lo mejor de mí y he creado mi propia identidad sin dañar a nadie. La enseñanza que he aprendido de este libro, que es una ventana que se abre para los homosexuales que se sientan incomprendidos, es que no todo es malo ni todo es bueno. Quisiera dejar un legado para aquellas personas que no entienden este mundo y creen que no existe o simplemente dicen que somos personas enfermas o degeneradas. Yo les digo que existe más de lo que ellos creen, la palabra homófobo no debería existir, solo es lisa y llanamente ignorancia de las personas que no comprenden al prójimo.
Doy gracias a la vida por rodearme de grandes amigos. Hoy en día, soy respetado por mi persona y no por con quién comparto una habitación. El mundo está cambiando paulatinamente, pero siempre habrá personas que no comprenderán nunca la cercanía de dos personas que se amen siendo del mismo sexo. Pasarán más de cien años y una vida hablando de este tema por debajo de la alfombra.
Un saludo a toda esa gente que me comprende y no me discrimina, ya que, en alguna ocasión, hasta he perdido mi trabajo por ser como soy. Seamos tolerantes, empáticos y, sobre todo, informémonos del tema. Dicho esto, debo reconocer que por la pandemia que ha brotado mundialmente en el año 2019 —COVID-19—, he empezado a escribir y ya voy por el segundo libro.
Alejandro Benavides Lizana