Desde la experiencia personal y el aprendizaje de lo vivido —lo duro, lo muy duro y lo hermoso—, la autora nos invita a reflexionar sobre el feminismo, el trabajo de autoconocimiento como el inicio de los grandes cambios que emprendemos las mujeres en particular.
La visión de la consciencia contemplada con toda nuestra esencia, la lucha y filosofía feminista como el movimiento más potente y transformador que existe.
Las mujeres hemos sido silenciadas, violentadas, quemadas, torturadas de infinidad de maneras, darnos cuenta compartiendo nuestras experiencias que lo único que siempre ha dicho el feminismo es que las mujeres somos sujetos de pleno derecho y ocupar nuestro lugar no puede ser nunca un privilegio.
Una vez emprendimos la especie, así que se nos debe un profundo respeto.