El bien y el mal son las dos caras de la misma moneda según convenga o según quien juzgue esos actos.
Y quienes juzgan siempre son los mismos.
¿No te parece aterrador?
Ubicación: Grecia, la llamada entrada al inframundo. Dos jóvenes encuentran por casualidad un cuerpo desmembrado, distribuido pulcramente en el interior de diferentes vitrinas iluminadas.
Nuevos cadáveres aparecen en distintos países europeos, con una gran similitud entre ellos: la relevancia mitológica de la escena del crimen y la firma dejada por el asesino.
El laureado e imponente sargento Stephen Wall entra en escena, junto con su particular equipo de élite, formado por una analista, un hacker, un exmilitar y una excéntrica piloto de aviones, con la misión de dar caza al más despiadado, inteligente y peculiar asesino con el que jamás hayan lidiado.
Pese a ir siempre un paso por detrás, no se rendirán hasta descubrir la verdad, aunque les conduzca a desenlaces imprevistos y desafortunados.
Las preguntas se amontonan, pero una sobresale del resto:
¿Qué pretende el enmascarado llamado Caronte?
La muerte es una certeza absoluta, al fin y al cabo, es lo único de lo que podemos estar totalmente seguros al nacer.