Que nadie busque Alrasa en mapa alguno. Es un pueblo que existe solo al ser leído, entre imaginado y real, cercano y distante, vital e invisible. Escondido entre rojizos cerezos con rosada flor y variados cultivos de su amplio mundo frutal.
Es posible que sus gentes sean poco conocidas en la Comarca de Valdejalón, solo como referentes en sus rutinas habituales de pueblos muy semejantes.
Hasta allí llega Julio Dacré, recientemente jubilado y sin familia, con la finalidad de vender la casa del pueblo que ha recibido en herencia. Pero siempre hay acontecimientos que pueden cambiar cualquier idea de origen.
Los habitantes de Alrasa lo acompañan durante su estancia, cada cual aportando su propia historia, influyendo desde la sencillez de sus vidas para tomar decisiones que ni él mismo esperaba.