La interacción del hombre con su medio queda reflejada en esta obra, resumida y literaria, en la que el autor narra su experiencia vital, tras regresar de la gran urbe a su lugar de origen, pasados muchos años. Cómo sobrevivir en la cueva del monte, cuando la veteranía es el contrapunto de la fragilidad. Vemos el contraste entre la ciudad urbana y la vida apartada de un solitario medio hostil. En él había aprendido de niño la austeridad, el trabajo constante, la sensatez, y la humildad de una vida feliz, que ahora pone en práctica, a la provecta edad de la experiencia.
Una obra sencilla y especial para atentos lectores, que infieren los recursos que contiene su exhaustiva comprensión. La montaña recobra su origen primigenio: el mito, que desde la Caverna de Platón, presenta la imposibilidad social de conocer la verdad. Filosofía y vida estructuran la pirámide literaria que con el relato periodístico de sus crónicas ofrece un sinfín de posibilidades al conocimiento.
Los tiempos físico y psíquico están presentes y forman unidad con el continuo suceder de los hechos. El transcurrir de la existencia en el discurrir del río, cuyo reloj de agua nunca detiene su voz, tic-tac… tic-tac; el ritmo de las estaciones y los fenómenos naturales, son el latir del corazón de la propia naturaleza, que se dejan sentir en el alma de esta obra clara, sincera y profunda.