Vivimos en una sociedad que nos empuja a viajar hacia afuera, hacia los otros, para conseguir objetivos y metas ilusorias y utópicas. Pero para poder realizar una buena travesía es necesario viajar primero hacia el interior de nosotros mismos y comenzar así la búsqueda de nuestro verdadero Yo y vivir con autenticidad cada paso por los distintos caminos del mundo. En este viaje, tendremos que estar preparados para caminar a ciegas, asumir riesgos, soportar miedo, incertidumbre o decepción. El camino no se puede hacer sin atravesar los rincones más oscuros y escondidos de nuestro ser, donde el dolor es el principal protagonista.
Es importante comprender que el primer paso es escucharnos desde el prisma del amor puro y sin condiciones a nosotros mismos, tal y como hizo Elsa, a lo largo de su diario emocional, donde tienen cabida todo tipo de emociones y sentimientos para soltarlos sobre el papel y permitir que derramen en una sobredosis de tintas y lágrimas.