En todas las épocas históricas, la experimentación médica que ha utilizado seres humanos como sujetos de estudio ha sido siempre examinada con lupa, aunque la mayor parte de la comunidad científica la ha llevado adelante siguiendo los dictados de la ética profesional.
En esta obra se hablará de quienes, apartándose sin miramiento alguno del Juramento Hipocrático, han utilizado —y utilizan— a los seres humanos como meras cobayas para alcanzar los fines perseguidos. Pisotean los derechos de los pacientes con absoluta indiferencia, y las vidas de las personas sometidas a estudio tienen tanto valor para ellos como las de las ratas de laboratorio con las que suelen experimentar.
Cuando fuimos cobayas es, en esencia, un detallado catálogo de lo que ha sucedido a lo largo del siglo XX en sus espeluznantes laboratorios del horror.