Cuentos desde la orilla recoge una serie de narraciones que fueron naciendo a lo largo de casi veinte años en diferentes lugares y con diferentes estilos. Algunos fueron premiados en modestos concursos literarios de diferentes localidades castellanoleonesas, y otros, curada afortunadamente ya en el autor la febre de los premios, no recibirán más premio que el que van a tener ahora cuando tú, amigo lector, tengas la gentileza de leerlos. No esperes grandes alardes literarios; no esperes deslumbrantes y novedosas técnicas narrativas ni «modernidades», porque estos cuentos están contados como se contaban las historias en los poyos de las puertas de los pueblos castellanos, con la sencillez de las viejas historias que los pastores se contaban en torno a la hoguera y con la paz hogareña de las lumbres bilbaínas y las zapatillas de cuadros. Sería bueno que los leyeras al frescor de la noche de verano, con un horizonte de chicharras sonando en la eras y el ladrido lejano de un perro en alguna alquería lejana de esas que guardan el vino clarete en sus bodegas maternales y frescas. También sería conveniente que te acompañaran en su lectura el manso correr del agua de una acequia y la música del viento en las ramas de los chopos.
Sé que es mucho pedir, pero hay que intentarlo