Cuentos insostenibles, veinte relatos, veinte miradas, veinte reflexiones que pueden ser cuentos, también, y a la vez lectura y barbarie. Relatos entre lo que pasó y lo que no; existentes relatos, en su mayoría, arrojados al papel en un tiempo cruel de muertes pandémicas y temores bélicos. Traducciones de una sensibilidad única que se eternizarán, ahora sí, luego de ser consentidas, luego de ser reconocidas de un devenir personal. Veinte realidades nouménicas al fin (por fin, y hasta el final). Veinte cuentos como veinte huevos… parecen perfectos, solo lo parecen.