Este texto surge de la experiencia psicopedagógica con adolescentes en la que es común encontrarse con padres y profesionales que, al ser desconocedores de la especificidad del período de la adolescencia, confunden las características propiamente evolutivas de esta edad con estados patológicos.
Como consecuencia, el objetivo de este texto es clarificar la diferencia entre actitudes propias de la adolescencia y conductas anómalas, integrando el lenguaje corporal, afectivo y cognitivo como un fenómeno global. Se encontrarán numerosos ejemplos extraídos de la convivencia escolar con los jóvenes y sus padres, así como el desarrollo práctico de técnicas de estudio y de intervención corporal tanto en grupo como de modo individual.