—¡Qué agradable es compartir la vida con Cukín! —exclama doña Trifona cada vez que mira a su chow chow, cómodamente tumbado en su cestita o degustando chuletas y bollitos (manjares apropiados para un perro de capricho, como él dice).
—¡Qué horrible es compartir la vida con Cukazo! —regruñe don Esculapio cuando pelea con su perro para obligarlo a salir de paseo o quitarle el mando de la tele.
Pero hay algo en lo que sí están de acuerdo don Escu, doña Trifo e incluso Cuki: en que don Genaro Petrusco, un amigo de la familia que siempre se presenta en su casa a las horas de las comidas, es un pelmazo y no hay quien lo aguante… Especialmente desde que ganó en una tómbola una máquina del tiempo en la que los llevará a recorrer algunas de las principales civilizaciones de la Antigüedad.