En la pequeña ciudad fronteriza tibetana de Yadong, el cachorro Dawa, que salió de casa, conoció al joven guardia fronterizo Luna Huang. Este encuentro fortuito llevó a Dawa a la avanzada sobre las nubes situada a 4500 metros de altitud, y comenzó una experiencia legendaria de crecimiento. Durante el medio año del cierre de la montaña por la nieve, que pasaban casi aislados en la avanzada nevada, Dawa y los jóvenes guardias fronterizos se hacían compañía y crecían juntos. Juntos se enfrentaban al durísimo entorno de la meseta, a la soledad en la avanzada alpina que royó los huesos, a las trepidantes avalanchas y tormentas. Juntos defendían el territorio nacional. Juntos escuchaban y eran testigos de las historias de las generaciones de soldados que luchaban por la patria y se dedicaban a ella…