De bruces con la vida: Campillos narra la historia de un niño de doce años internado en el celebérrimo Colegio San José de Campillos en la última década del siglo pasado. A orillas de la autoficción, el relato se va desojando a través de los ojos del autor y de un entramado de personajes que van hilvanando la personalidad del protagonista.
La perspectiva en primera persona confiere al libro un tono intimista, parco, sincero. Edulcorado por la visión subjetiva de un niño que va descubriendo a través de su propio raciocinio impostado la realidad circundante.
La obra no ofrece recetas milagrosas ni soluciones magistrales para padres con hijos desorientados. Sí, quizá, presenta un caso empírico sufrido en primer plano poniendo el acento en la doble cara que suelen tener las experiencias vitales.