No puedo negar que recorrer estas páginas me emocionó hasta las lágrimas porque soy testigo de tantas vivencias y de otras tantas referencias allí narradas con limpieza y honradez. Sin duda, esto aviva mi interés, pero hace crecer mucho más mi admiración por Adolfo Calzadilla. Pocos son quienes se aventuran a contar su paso por la vida, pero muy pocos son los que, sin dudar, se deciden a proyectar el dilatado recorrido de su existencia para que aquellos que les sucedan eviten tropezarse o en casos más afortunados, escojan la senda útil.
De Cirujano a Paciente Oncológico es un libro muy humano, ya que lo que se narra allí calca perfectamente la vivencia de un hombre normal que asume con intensidad cada episodio que se le coloca por delante y del que, además, sabe sacar una experiencia para contar luego. Abreviar la vida para proyectarla entre los seres que nos rodean es pensar siempre en la posibilidad de trascender más allá de la muerte; en la obra, en el legado no material, sino ético, que es lo verdaderamente importante.
Este libro es un fervoroso testimonio de vida útil, pero también es lucha por una despedida honorable, honrosa, que agradece el don de la vida y que, en su gratitud al Supremo Hacedor del universo, retribuye la ocasión de servir
a otros desde su experiencia. Contarlo no ha sido fácil, pero asumir sus vivencias se ha constituido en un auténtico reto. Gracias, apreciado amigo, por la oportunidad de vivirlo a través de esta lectura que a muchos les será
útil.
DR. ENRIQUE MARQUINA Y DR. ELEAZAR ONTIVEROS