He sido durante toda mi vida, y sigo siéndolo, un empedernido soñador.
Hoy, cuando «mi personal Clotaldo» me ha despertado y me he visto de nuevo «en la torre», he exclamado como hizo Segismundo: «¡Uf!, ¡cuántas cosas he soñado!» (La Vida es Sueño. Pedro Calderón de la Barca). Mi carcelero, más condescendiente, me ha permitido bajar hasta el umbral de la puerta, y allí me ha preguntado:
—¿Qué has soñado?
Mirando a lo lejos, le he hecho esta retrospectiva de mi largo sueño:
—Me he visto por el pueblo donde nací y me crie, tal como era. He pisado la recia tierra de su campo. He escuchado cuentos con la fruición de niño. He subido peregrino a Covadonga. Me he visto con la toga de abogado en estrados de tribunales. He sentido en mis pies las frescas aguas del Cantábrico en paseos por la playa de Barro. He visto convertidos los campos de mi pueblo en un inmenso mar de aguas pardas. Me he visto compartiendo una larga y fructífera vida con una sin igual mujer. Me he visto, en fin, siendo muy niño en los brazos de mi madre, asistiendo a la gesta de mi joven padre cuando ya sentía las ansias de la muerte…
Esto y otras muchas cosas encontrarás en el interior del libro que tienes en tus manos. Son retazos reales de mi vida escritos desde el alma a mi manera, my way, en prosa y en verso.