Huyendo del engaño y de la decepción, Amanda abandona su entorno y su hogar, donde antes era feliz, con la única intención de alejarse del causante del dolor. Cuando finalmente comprende que la distancia física no mitiga su angustia y que, inevitablemente, debe mirar hacia adelante, se interesa por un anuncio publicitario sobre un puesto de trabajo para impartir clases de español en una academia. En ese momento no sabe que esa decisión cambiará su vida, porque en ese lugar se entrecruzarán varias historias vitales donde sus variopintos protagonistas (dos africanos, un japonés, la señora de la limpieza, otro de los profesores, el dueño del supermercado…) mostrarán su esfuerzo por eliminar esos nubarrones emocionales que cubren sus existencias, en un intento razonable de imponer la ilusión y la felicidad en sus vidas.