Marzo de 2020. Acabo de dejar el trabajo para planificar un viaje a sudamérica y, de repente, un supuesto coronavirus procedente de la ciudad china de Wuhan empieza a hacer enloquecer a la población: la plandemia ha llegado. Mientras las televisiones se dedican a alarmar sobre un inminente peligro de muerte, yo sólo veo calles desiertas, gente que aplaude desde el balcón y rostros cubiertos por hasta tres mascarillas.
En ese momento grabo un video que, sin yo ser consciente todavía, me convierte en MamirRick. Desde entonces, el mundo y yo mismo hemos competido en una carrera para ver quién se volvía más loco de los dos, en la que, mientras uno iba azotando a la población con oleajes, variantes y dosis de vacunas experimentales, el otro iba saltándose todas las restricciones que nos imponían con tal de mostrarle a la población, y a sí mismo, que todo lo que nos han contado es una verdadera estafa que oculta fines macabros para la humanidad.
En este diario cuento mes a mes estos dos años de plandemia, y tú decides quién de los dos ha ganado la carrera.