Había comenzado el 2020 y China se preparaba para celebrar su Nuevo Año Lunar, para ellos el 4718 y, según su horóscopo, despedían al Cerdo de Tierra para festejar la llegada del Año de la Rata de Metal, la cual, según su creencia, se caracteriza por su astucia, rasgo habitual en las personas de este signo, asegurando que este año para China, con seguridad se abriría un ciclo de muchas oportunidades, abundancia, prosperidad y cambios. Y no tardaron mucho en comenzar a compartir su «suerte» con todos los países elegidos al azar. Esta narración basada en los acontecimientos vividos en tiempo y hechos reales, la complementé con algunos datos técnicos bajados de Internet. La escribí sin grandes pretensiones literarias, como un diario para entretenerme, escrito con la sensibilidad que me caracteriza, en forma amena y comprensible, con el solo fin de que cualquier lector con interés en leer pueda entretenerse, seguir, entender y de algún modo participar de la duda razonable sobre «supuestas conspiraciones» ante la fuerza de las pruebas recabadas sobre esta pandemia, que Dean Koontz describió en el año 1981 en su libro, Los ojos de la obscuridad.