El libro trata sobre el islamismo desde un ámbito analítico basado en las posibles causas de la radicalización de muchos de sus acólitos con su participación en atentados terroristas, y la afiliación a grupos terroristas de carácter islamista. Es un estudio de las posibles consecuencias de la colonización europea en África durante los siglos XIX y XX, pasando por los regímenes dictatoriales, y desembocando en los problemas actuales de la emigración y radicalización
de muchos de sus fieles participando en acciones terroristas, tanto en el continente africano como en el resto de naciones occidentales, donde tratan de expandir el islamismo y recuperar los territorios que en tiempos pasados estuvieron bajo su dominio, tratando de volver a anexionarlos de nuevo a su causa, sustentando su conducta en un enfrentamiento entre dos culturas –oriental y occidental–, que vienen manteniendo desde hace siglos, a pesar de que durante ciertos
periodos de la historia hayan podido confraternizar las tres principales religiones monoteístas –cristiana, hebrea y musulmana–. En la actualidad, justifican su expansión y radicalización estos grupos terroristas tratando de imponer sus postulados a través de acciones indiscriminadas contra el mundo occidental al que acusan de los males de su sociedad y de la pérdida de parte de sus valores ancestrales, en sus aspectos sociales, culturales, religiosos, etc., valorando posibles soluciones a un problema que comienza a germinar en el siglo XXI y que de alguna forma tiene consideraciones muy diversas a tener en cuenta a la hora de buscar una salida que reconduzca un problema que está latente a nivel mundial, y que tiene entre sus principales motivos los intereses de las grandes potencias en el continente africano, no solo desde el aspecto geoestratégico, sino en el control de nuevas fuentes de energía de la región como suministradora a nivel internacional.