Lo que somos, lo que ocultamos, lo que no queremos ver.
Cada relato en Diecinueve espejos es una grieta en la realidad, un reflejo fragmentado de la naturaleza humana. Con un estilo evocador y preciso, la obra nos sumerge en historias que combinan el realismo mágico con el existencialismo, explorando temas como la muerte, la culpa, la memoria, el destino y la injusticia.
Un entierro sin dolientes en un cementerio olvidado, un amor prohibido que se convierte en una sentencia de muerte, una traición que se arrastra como una sombra entre generaciones, un pueblo sometido a la avaricia y la violencia de quienes escriben la historia con sangre. Cada narración abre una ventana a un universo donde lo cotidiano se entrelaza con lo onírico, donde lo absurdo y lo trágico conviven en un mismo aliento.
Las palabras se convierten en espejos que deforman y revelan, donde los personajes, atrapados en sus dilemas, se enfrentan a su propia verdad: el peso de la soledad, la condena de los recuerdos, la búsqueda desesperada de redención o la imposibilidad de escapar del destino.
Con una prosa intensa y matizada, el autor construye escenarios que parecen salidos de un sueño febril, con descripciones vívidas que envuelven al lector en atmósferas llenas de simbolismo y melancolía. Diecinueve espejos es una obra para quienes buscan relatos que desafíen la lógica, que incomoden, que dejen preguntas sin respuestas y que, como un espejo roto, devuelvan una imagen distorsionada, pero innegablemente real, de lo que somos.